¿Y ahora qué?

Eso pensaba yo en el viaje de vuelta de Vigo, ya que el domingo había cumplido un "sueño", que era acabar una media maratón. Ya me he apuntado "mentalmente" la Vig-Bay para el 2014. Por supuesto después de esta primera media maratón, espero que pueda correr muchas más y que tenga la oportunidad de mejorar mi tiempo y las sensaciones.

Esta semana ha servido de reflexión de todo lo ocurrido en la carrera, repasar aciertos y errores con el fin de no volver a repetirlos en próximas carreras. He fallado en muchas cosas, pero un elemento a mejorar es el desayuno. Me quedé escasa y así acabé, con un agujero estomacal tremendo. También tengo que mejorar la hidratación, eterno caballo de batalla, no sólo en las carreras, sino en mi vida diaria...

Físicamente acabé bastante bien, salvo los cuadriceps, que me impidieron subir y bajar escaleras durante media semana. El lunes fui al entreno de recuperación, pero después de tantos kilómetros, no era capaz de correr y me limité a marchar (recordando mis tiempos de infantil y cadete de marchadora en el desaparecido Club Endesa) y a estirar el cuerpo como Dios Manda... El miércoles no pude entrenar, aunque sí lo hice el viernes con un trote de 35 minutos, con sensaciones encontradas. El fin de semana me dediqué a descansar, sobre todo a dormir. Tenía intención de salir con la BTT, pero las intenciones se fueron con la lluvia y el frío. :(

Esta semana, la empecé con optimismo, con calentamiento de 30 minutos, ejercicios de fortalecimiento con gomas y unas rectas, cuidando la técnica de carrera. Me encontré bien, aunque con las piernas cargadas, que parece ser mi destino. Ahora toca volver a la rutina de correr, y coger resistencia en las piernas, de cara a la Travesía de los Montes Aquilianos del día 1 de junio.

Antes de ello, ya tenemos en mente algún 10K de la Copa Diputación (Sahagún y los 10Km Universitarios) y la maravillosa Carreira Popular de Ferreirúa, en A Pobra do Brollón, allá por el mes de mayo.