Si hay una cosa que intriga a los Cerditos Voladores, es la
montaña.
Lo he contado muchas veces. Me siento muy orgullosa de mis
orígenes. Mi familia proviene de la comarca de Valdeorras, una pequeña
comarca ourensana, que tiene la suerte de conjugar los valles más
hermosos, que producen unos vinos maravillosos, con las montañas más
altas de Galicia.
El Concello de A Veiga es un gran desconocido de esta comarca,
alberga una gran riqueza natural, con valles glaciares
impresionantes, que culminan con el techo de Galicia: Pena Trevinca.
No soy de playas, sino que desde siempre he pasado mis veranos entre
Meda y Candeda, dos pueblos de ese ayuntamiento separados únicamente
por dos kilómetros, en los que disfrutaba de la naturaleza, el monte
y las aguas del río Xares, embalsado en el Pantano de Prada.
Pero este post no trata de vender mi pueblo, sino de poner en
situación uno de los acontecimientos más importantes en esa
comarca: la Marcha Nocturna “Entre Lobos e Estrelas”, que
aprovecha una noche de luna llena para recorrer los montes de
Trevinca, entre Zamora y Ourense para disfrutar de la naturaleza de
una manera única: en una excursión nocturna, provistos de
frontales, por las cumbres.
Esta sexta edición trataba de recorrer las algunas de las lagunas
que se encuentran en Trevinca, saliendo del límite de provincia
entre Ourense (Valdín) y Zamora (Porto de Sanabria), y volviendo a
la localidad de Ponte, tras recorrer 21 kilómetros.
Después de la cena en A Veiga, rica rica en el Restaurante Río
Xares, los organizadores y el alcalde nos dieron la bienvenida y nos
informaron de la ruta que íbamos a recorrer, puntos de asistencia y
demás instrucciones.
A medianoche cogimos un autocar a la salida. La noche estaba
despejada, la temperatura era buena, aunque hacía algo de viento.
Después de prepararnos, pasada la 1h10, nos pusimos en marcha.
Íbamos por el tramo zamorano del recorrido, maravilloso, la noche
clara, en la que pudimos distinguir el paisaje, las primeras lagunas,
los picos... . Una hora y media después paramos en una cabaña de
pastores, para recuperar el aliento para afrontar los primeros picos,
y pudimos divisar las Lagunas das Malladas dos Curráis.
Continuamos rodeando unos prados cercados con vallado eléctrico, para coronar el Pico do Sextil da Calva, a 1757m, ya en Ourense. Allí era el primer punto de evacuación de las posibles bajas. El frío era intenso, porque había viento, así que nos avituallamos rápidamente y nos adentramos en las rutas que nos llevarían a las grandes lagunas: Ocelo y Serpe.
Tras algunos tramos de subida, afrontamos la bajada hacia Ocelo en un tramo bastante pronunciado, técnico, con piedra suelta. Odio las bajadas, me agobio con ellas. Pero allí, al fondo, nos encontramos un auténtico tesoro: la Laguna de Ocelo, un remanso de tranquilidad. Allí nos quitamos las mochilas, nos sentamos en la hierba y miramos al cielo. Hasta alguna estrella fugaz apareció! Fueron los 15 minutos más especiales de la noche. En ese momento, pudimos comer algo y estirar en condiciones.
Sólo me queda agradecer al Concello de A Veiga, a Trevihost, a Cholo, al GREIM de Trives y a todos los que ayudaron a que esta travesía nocturna merezca mucho la pena y que sea una actividad en la que participa gente de toda España.
Más info en:
Web de Trevihost (Asociación de Hostalería e Turismo Trevinca)de A Veiga
1 comentarios:
Annie menuda paliza pero si la tierra tira, alli hay que ir. Desde luego que estais haciendo buenas piernas para cuando os toque correr con mas frecuencia.
Un abrazo.
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