En el mundo de las carreras populares no todos vuelan, y después de los vencedores, llega el furgón de cola y el coche escoba.

Y es en ese lugar donde el running se ve de modo diferente.

Perseguimos a las gacelas a nuestro ritmo: el trote cochinero...


Descanso activo...


Después de unos cuantos días sin aparecer por el blog, porque me sobraban cosas por hacer y no me llegaban las horas, por fin vuelvo a escribir unas líneas.

Lamentablemente no tenía tanto tiempo como Enjuto Mojamuto para ponerme delante del PC.

En las últimas semanas, y debido al sofocante calor que me deja absolutamente aplastada, decidí no salir correr con el resto de compañeros del equipo y descansar un poco, ya que no hay carrera a la vista hasta mediados de septiembre.

A Santiago contra el Cáncer

A modo de resumen en las últimas semanas pudimos acompañar un rato a los amigos de A Santiago contra el Cáncer, en el tramo entre el Museo Nacional de la Energía y Cacabelos, con la bici y viendo el excelente ambiente que allí se respiraba (con cierta envidia lo digo...). Retomé la bicicleta después de un viaje relámpago a Santiago de 12h y logré hacer 30 kilómetros sin apenas descansar.

Sendas do Sil

A la semana siguiente, el pasado 30 de junio, acudimos a nuestra cita con los amigos de O Barco, para recorrer por segundo año las "Sendas do Sil", bajo un sol y un calor abrasador. Nos habíamos apuntado a la carrera de 10K, sin apenas entrenamientos, por culpa de esta hipotensión que me tiene aplastada.

El recorrido había sido modificado en su segunda parte, yendo más por la sombra (que me recuerda tanto a la Senda de la Lola del Pajariel), evitando ir y volver por el mismo sitio, y dar la vuelta a la Casa Grande de Viloira. Este cambio es bueno, ya que una vez finalizado el tramo de río, se vuelve por una carretera (apenas 1 km) y se regresa a O Salgueiral entre las viñas, que aporta vistosidad al recorrido.
Los cerditos voladores con una liebre de excepción, el incombustible Paco Bao (Gentileza de Erik, de Limia Activa)

Un escaso avituallamiento en el kilómetro 5 (en vaso, me hubiera tomado cinco seguidos), unido al intenso calor y un pobre entreno, me hizo caminar en el kilómetro 7, donde eché de menos más agua en la carretera del Polígono a Viloira.

Al final llegamos, con una sonrisa, como siempre, que es lo más importante, sumando una carrera más a nuestro "palmarés", 41 carreras en la "era moderna".

Como cosas a mejorar, el avituallamiento líquido (en vaso da para bien poco si quieres dosificarlo para los kilómetros restantes hasta el siguiente avituallamiento), y la hora de salida (que era a las 10h30, pero se retrasó a las 10h45), demasiado tardía. En O Barco en junio no tenemos temperaturas frescas que digamos... debería salir a las 10h como muy tarde.

Pero el año que viene seguirá estando en mi calendario particular.

¿Y ahora qué?

Dado que hemos acabado nuestra temporada de carreras hasta el mes de septiembre, en el que reapareceré en la Milla de O Barco y la Carrera de la Mujer de A Coruña, ahora aprovecho para salir a trotar unos 40 minutos, para no perder la escasa forma que tengo.

Hasta entonces, este sábado estaré de nuevo como voluntaria en la Media Maratón Nocturna de Ponferrada, donde espero coincidir con amigos corredores de León, Valdeorras, ... Espero veros a todos en meta!!!

Próximamente el calendario de finales de julio y agosto, que si bien algunos estarán de vacaciones, siempre habrá tiempo para calzarse unas zapatillas y divertirse.

¡¡Nos vemos!!




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