En el mundo de las carreras populares no todos vuelan, y después de los vencedores, llega el furgón de cola y el coche escoba.

Y es en ese lugar donde el running se ve de modo diferente.

Perseguimos a las gacelas a nuestro ritmo: el trote cochinero...


Echando la vista atrás...



Después de dos meses muda en este blog, y tratando de llevar a cabo uno de mis propósitos de este año, me vuelvo a sentar delante del ordenador para contar las aventuras y desventuras de esta Cofradía. La verdad es que he pensado muchas veces en escribir y la verdad es que el síndrome del folio en blanco se apodera de mí. Pero no puedo dejarlo por más tiempo.

Antes de hablar de las cosas nuevas, o de los propósitos para el 2015, del que llevamos 20 días, recapitulemos diciembre.

En diciembre nos lanzamos al asfalto para correr en las carreras, no tanto para entrenar tanto como quisiéramos. Las tiradas largas del domingo se hacían con dorsal (cosa no tan recomendable), pero como eran carreras lúdico-festivas, pues tampoco nos lo tomamos tan en serio.

El pasado 20 de diciembre decidí acercarme a A Rúa (Ourense) para participar en la Carreira do Nadal, que celebraba su tercera edición, y que pretendía recaudar alimentos para Cáritas, con el fin de que los que lo están pasando mal con esta maldita crisis tuvieran un poquito de ayuda.

La pretensión no era otra que sumar algún kilómetro y hacer sitio a todos los eventos gastronómicos que se avecinaban. Me lo tomé con calma con mi gran amigo y liebre Paco Bao, que me llevó en todo momento a lo largo de estos 8 kilómetros por pistas y entre viñas. Lo mejor, el buen humor y la juerga; lo peor, que corría con el pie derecho dormido durante más de 4 kilómetros. ¿Cómo puede ser eso?

Así que después de todo, entramos en meta con una sonrisa y nos felicitamos las fiestas entre todos.

A la semana siguiente, el día 28, decidimos apuntarnos a la San Silvestre Berciana, con un recorrido de 5kms escasos, a lo largo del barrio de la Rosaleda. Un recorrido poco vistoso (o nada), con escaso público, aunque el que estaba presente, era bastante animoso. También se trataba de ser solidarios, esta vez con la Cruz Roja, que recibió íntegras las cuotas de inscripción de todos los adultos apuntados.

Lo mejor: el ambiente entre los atletas, lo peor: las colas para recoger los dorsales, tanto el sábado por la tarde, como el domingo por la mañana, que hizo que todavía hubiera gente apuntándose a la hora de la carrera, que salió con retraso. No nos quedamos al sorteo, porque el frío era grande y el catarro que pillamos después, también.

Finalmente, para rematar el año, participamos en la Quedada de San Silvestre el día 31 en O Barco con los TrotADAS. Un motivo cualquiera para hacer sitio a la cena de Fin de Año, compartir unas risas y unos polvorones. Nuestros amigos nos sorprendieron con un regalo que nos encantó: la camiseta oficial de los TrotADAS, con la que participan en las carreras y prometemos llevar con orgullo en alguna que se celebre en los alrededores. Muchas gracias chicos!!!


Una vez echada la vista atrás, nos queda mirar hacia adelante: tenemos el 2015 para cumplir nuestros objetivos y divertirnos. Parece que nos lo estamos tomando algo mejor que en 2014, tratando de hacer por lo menos 3 entrenos (incluida la tirada larga, que hemos recuperado) y recuperando aquellos entrenos presenciales que nos perdemos, realizándolos al día siguiente.

Esperemos que las lesiones nos respeten y podamos darle caña para correr una media maratón en la primera parte del año. Lo conseguiremos? Sigan atentos a sus pantallas, seguiremos informando...

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