Pues sí, llevo tres semanas lejos de este blog, y con muchas
cosas en la mente. Después del chasco de renunciar a participar en
la Vig-Bay, tal y como comenté en la entrada anterior, pues me he
centrado en entrenar con más o menos fortuna. Tratando de ir a los
entrenos presenciales y a las tiradas del domingo, bien con paseos
por el Monte Pajariel o por el propio parque al lado de casa.
Esta semana ha sido aciaga totalmente, una faringitis me ha tenido
KO desde el lunes, tres días en cama, me ha permitido pensar en mis cosas y por fin hoy domingo
sentarme delante del portátil.
Hoy no vengo a hablar de mi libro, de mis andanzas runneriles,
sino que este post viene en plan reflexión al hilo de una triste noticia surgida en el panorama runner de Galicia, y también de
regiones limítrofes, ya que no éramos pocos los que participábamos
en esa carrera: la desaparición (esperemos que momentánea) de la
Carreira Popular da Ferreirúa y su Media Maratón, que había
celebrado con mucha alegría su edición número XXV en mayo de 2014.
La noticia saltó en la Web runner de referencia en Galicia CorrerEnGalicia, en la que la organización de la carrera informaba de la no celebración de la carrera, gracias a la actitud de la Federación Galega de Atletismo, que había tenido a bien hacer coincidir por segundo año consecutivo el Campeonato Gallego de Media Maratón con la prueba de Ferrerúa, incluso después de que ésta tuviera por costumbre que la prueba se celebrara siempre el segundo domingo de mayo (durante 25 ediciones).
Las reacciones no se hicieron esperar. La sucesión de post en ese hilo hizo que la indignación se apoderara de todos los foreros que habían participado en más o menos ediciones. Incluso la prensa regional se hizo eco de la suspensión de la carrera.
Qué extraño interés puede haber en que una prueba de reconocida solera, en la que se homenajeaba un atleta gallego todos los años (Fabián Roncero, Julia Vaquero, Carlos Adán, Pedro Nimo, entre otros fueron los homenajeados) y que era el punto de encuentro de muchos corredores de Galicia, en una remota aldea de Lugo, fuera boicoteada por la federación una y otra vez?
Parece que en este mundo, una carrera no es válida si no tiene 4000 corredores en la línea de salida. Y yo vengo a reivindicar las carreras “enxebres”, organizadas con sumo cariño, simplemente por el hecho de amar este deporte, que antes era atletismo popular y que ahora se ha convertido en el running.
Todos los años se lanza un ranking de carreras populares de Galicia, votada por los miembros del foro CorrerEnGalicia, en base a distintos criterios, y siempre aparecen carreras en pueblos alejados de las grandes ciudades: Sin-Son (Portosín-Porto do Son), Palas-Melide, As Catedráis (Lugo), Nigrán Praia, Celanova, Ferreirúa, Eurocidade (Tui-Valença) donde estas pruebas son especialmente valoradas por su autenticidad y ambiente únicos.
Sin ir más lejos, en El Bierzo, existen referentes en cuanto a carreras únicas, con solera y trato únicos hacia los corredores: Dragomán (en Villafranca) es el perfecto ejemplo de cómo una carrera hecha desde el cariño hace que cientos de participantes de toda España se acerquen a una esquina de Castilla y León.
Está muy bien ir a carreras multitudinarias, en ciertas pruebas, como fue mi primera media maratón preferí ir a Vigo para participar en la Vig-Bay, que quedarme en León, donde el número de participantes era menor y porque iba a quedarme sola muchos más kilómetros.
Pero no nos olvidemos en ningún momento que lo que hace importante este deporte es la gente que organiza las pruebas con sumo cariño, muchas veces gastando su propio dinero, para que se dé a conocer su pueblo o ciudad. Pruebas organizadas por y para los corredores, que muchas veces no buscan más que un paisaje único, una afición entregada y una buena organización.
Ferreirúa, esperemos que esto sea un hasta luego, porque esta Cofradía sigue teniendo una cuenta pendiente con tus cuestas.
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