Animales nocturnos...

Una nueva semana que se inicia, ahora ya con vuelta al trabajo, lo que hace que los horarios se compliquen y la hora de salir a entrenar se retrase considerablemente.

Ayer domingo, día de "tirada larga", el entreno se retrasó hasta la hora de cenar, aquélla en la que todos están por casa, o saliendo de vinos, o viendo el apasionante Dépor-Valladolid de 2ª división (que llaman "Liga Adelante").

Cuando me calcé las zapatillas, eran más de las 21h30... Y a esas horas te conviertes en animal nocturno... trotando por donde puedes, porque realmente la zona en la que vivo está rodeada de asfalto por todas partes, salvo el Parque del Oeste, un oasis en el que se puede trotar por la hierba, por los senderos de tierra o un recorrido circular bordeando el carril-bici de 2.7km.

Los entrenos nocturnos suelen ser eminentemente urbanos, por aceras, calles, parques, avenidas y alrededor de la pista del Toralín. Al vivir lejos del río, y dado mi alto grado de torpeza, no me atrevo a salir con un frontal, como si fuera un unicornio luminoso por el Pajariel. El frontal lo dejo para el Camino de Santiago y para las Travesías Nocturnas que organiza el Concello de A Veiga, por Pena Trevinca (que recomiendo desde aquí vivamente).

El entreno fue maravilloso, de menos a más, acabando "con ganas", después de este mes de parón obligado. Al final prácticamente 7 kms en 46 min, lo que no es un ritmo "maravilloso" para los mortales, pero a mí me ha sabido a gloria bendita... por lo menos me voy animando, a ver si recupero la ilusión y las ganas que tenía antes de lesionarme.

Iremos aumentando los kilómetros poco a poco, a ver si vamos recuperando las ganas. Pero de eso, hablaremos otro día...