El domingo la tirada larga con los chicos de ULE Bierzo se desarrolló por el parque del río, Pajariel, Toral de Merayo y vuelta por la ribera del
río. Casi 10 kms, en un rodaje de una horita, después de una noche más
corta de lo normal por el cambio de hora.
"Vamos, que la cuesta arriba siempre trae una cuesta abajo!!", me animaban mis compañeros y, apretando los dientes, intentaba que las cuestas no acabaran conmigo, como lo hicieron la primera vez, que me tuve que parar en cada una de las cuatro cuestas que tiene el recorrido. "Quién me mandaría levantarme de la cama hoy..." pensaba mientras subía por ahí arriba.
Las cuestas y yo nunca nos hemos llevado bien, para qué voy a decir lo contrario. Mi error es mirar a lo lejos y ver que alláaaaaa está todavía más arriba que aquí abajo. Mal asunto. En mis entrenos siempre las he evitado porque los cerditos voladores ya bastante sudamos llaneando, como para subir!
Pero si en las carreras no quiero pararme cada vez que me veo ante una subida, no puedo dejar de entrenarlas, y por ello aprovechamos ese maravilloso monte que nos vigila en Ponferrada para quitarle el miedo.
El próximo 13 de mayo participaré, si las lesiones me respetan, en la Carreira Popular de Ferreirúa, en A Pobra do Brollón (Lugo), una carrera absolutamente maravillosa, en una aldea que se vuelca con su carrera y media maratón. El año pasado me vencieron sus dos cuestas, pero este año... los cerditos vencerán!
En el mundo de las carreras populares no todos vuelan, y después de los vencedores, llega el furgón de cola y el coche escoba.
Y es en ese lugar donde el running se ve de modo diferente.
Perseguimos a las gacelas a nuestro ritmo: el trote cochinero...
La cuesta arriba siempre trae una cuesta abajo
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