En el mundo de las carreras populares no todos vuelan, y después de los vencedores, llega el furgón de cola y el coche escoba.

Y es en ese lugar donde el running se ve de modo diferente.

Perseguimos a las gacelas a nuestro ritmo: el trote cochinero...


Cerditos on Tour: Family Race - Maratona do Porto

Porto, ciudad de contrastes, modernidad junto con lo antiguo, el lugar donde se funden el Douro y el Atlántico. Nunca te deja indiferente. Desde el año 1999, siendo estudiante, me atrapó entre sus calles, y desde entonces son muchas las ocasiones en las que pude recorrerlas, disfrutar de sus sonidos y olores, vivir sus contrastes.

Pero desde el año 2010, y en 5 ediciones, he podido disfrutar de su especial forma de vivir el running y el deporte. Una explosión de emociones, de culturas, con participantes de todo el mundo, y todos luchando por un anhelo: llegar a meta con la mayor de las sonrisas.

El pasado 6 de noviembre pudimos disputar y disfrutar la Family Race de 15K que acompaña durante algo más de 12 kilómetros a los héroes de la Maratona do Porto, que año a año aumenta su nómina de participantes, llegando a tener corredores de 56 nacionalidades, erigiéndose como la Maratona de Portugal.

Desde la vuelta de las vacaciones de verano, nos planteamos esta carrera como el objetivo de otoño, combinando los entrenos presenciales de RunningParaTodos y junto con sesiones de fuerza en el gimnasio y clases de Ciclo Indoor, siempre bajo la atenta supervisión de Alex Martínez. Todo ello, unido con la paulatina pérdida de "tocino", hacía que los cerditos voladores nos presentáramos en Porto con el mayor de los ánimos: el objetivo de 1h40' para estos 15K.

A nuestra llegada a la ciudad, cogimos el bus urbano y nos presentamos en la zona de Foz de Douro para hacer un último entrenamiento para descongestionar las piernas después de 5 horas de tren y dos de autocar. La sensación fue maravillosa: temperatura perfecta, muchísimos runners trotando y el sonido del mar. Yo me quiero quedar allí!!!

Tras turisteo vario, y siempre pendientes de la metereología, que no era halagüeña, el domingo amaneció fresco pero soleado y cuando llegamos al Queimódromo, lugar de salida/meta, el ambiente era de gala: más de 8000 corredores entre ambas pruebas, nerviosos entrando en los cajones. Nos despedimos de nuestros amigos Troteiros de Vigo y Trotadas de Valdeorras, que nos habían acompañado en la vispera y durante esa mañana.

Con puntualidad absoluta, a las 9h, hora local, se da la salida, primero a los aspirantes a maratonianos y a continuación a los corredores de la Family Race. Este año se subsanaron los errores en la salida, siendo ésta absolutamente fluida, y muy vistosa, a juzgar por las espectaculares fotos de la serpiente multicolor.
Metidos en el cajón. Delante del arco azul, los maratonianos. Detrás, por ahí andábamos nosotro.

Tras el primer paso por la rotonda del Castelo do Queijo, subimos Avenida de Boavista. Juanma había tenido un percance con su Fore, que no se había cargado correctamente, y corría sin referencia alguna. Justo al contrario de Coruña, yo tendría el "control del cronómetro" en esta ocasión. Fuimos en pelotón hasta finalizar la subida, con un ritmo más que majo.

Tras finalizar las subidas y rodear el Parque da Cidade, cruzamos la Estrada da Circunvalaçao, y fuimos bajando hacia la Anémona. El ambiente era increíble y muchísima gente animando. Llegamos al kilómetro 5 en poco más de 33 minutos, lo que nos daba una idea que íbamos bien. Allí nos encontramos a nuestra gente, a quienes le dimos la referencia de los Trotadas-Troteiros que venían detrás.
Tras pasar por la Anémona, nos adentramos en Matosinhos. En ese momento nos juntamos a las liebres que marcan las 4h45 en la Maratón. El ritmo era cómodo, a 6'30, y les seguimos durante casi 3 kilómetros, ya en la zona del Puerto, momento en el que su rimo había bajado a casi 6'40. Tras consultar con Juanma, decidimos adelantar a las liebres.
En el 10K, con un tiempo oficial (no neto), de 1h09, Juanma se toma el gel y me lleva a la carrera. Eso sí que es doping!! Y regresamos de nuevo a la Anémona. Se ve nuevamente al numeroso público en uno de los puntos neurálgicos de la carrera. Nos despedimos de nuestras animadoras, que seguirían a partir de ese momento a los maratonianos Troteiros-Trotadas, no sin antes hacernos esta superfoto.
En ese momento nos despedimos a los maratonianos que siguen su recorrido hacia Foz, Ribeira y Gaia, y nosotros nos vamos nuevamente hacia la Avenida de Boavista para volver a subir el tramo inicial de la carrera. Me tomo mi gel, me pongo música cañera y, viendo que Juanma empieza a sufrir, me pongo de liebre.
Tras finalizar este tramo, regresamos al Castelo do Queijo y afrontamos el último kilómetro, de subida, con buenos parciales, viendo que el crono se pararía incluso en un tiempo mejor del esperado. Tras el último paso por la Anémona, quedaban los últimos 200 metros de gloria, con carteles a los lados del asfalto, y nosotros, mirando de reojo a la meta...

Sólo nos quedaban los últimos metros y miro mi crono. Un tiempo, un tiempazo diría yo, se ve a lo lejos: 1h40. La recta de meta a tope para entrar con la mejor de las sonrisas!
Tras recuperar un poco el aliento, miro el crono y se lo enseño a Juanma: el mejor tiempo realizado en esta carrera. Carrerón!!!
Sin duda mejor de lo esperado, y encima con buenas sensaciones, buen cuerpo y mucha alegría. Tras recoger nuestra bolsa de avituallamiento final, nuestra medalla y la ropa en el guardarropa, nos hacemos una superfoto en nuestro particular podio, posando con nuestro valiosísimo trofeo.

En definitiva, una dosis de optimismo extra, grandes sensaciones y un come-come hacia otras metas. Algo que sólo se vive en Portugal, donde el último es recibido como un héroe y es abrazado por la organización como si del vencedor se tratara.

Obrigado Porto, Obrigado Portugal. Até breve!! (Gracias Porto!, Gracias Portugal! Hasta pronto!!)





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