En el mundo de las carreras populares no todos vuelan, y después de los vencedores, llega el furgón de cola y el coche escoba.

Y es en ese lugar donde el running se ve de modo diferente.

Perseguimos a las gacelas a nuestro ritmo: el trote cochinero...


Cerditos on Tour: Coruña 10

Hace unos días comentaba sobre una de las pruebas del verano y me quedan otras dos, pero permitidme que haga un salto en el tiempo para contaros la última correría de los Cerditos Voladores: el ansiado regreso de Juanma a las carreras con la Cofradía, después de dos años.

Así que tras analizar las tres carreras que había en los alrededores en Ponferrada (León, A Rúa y Coruña), nos decantamos por esta última porque tenía un recorrido agradecido, con mucha gente e ideal para volver a correr 10K.

El sábado fuimos hasta Marineda City a recoger el dorsal. Allí pudimos ver parte de la excelente campaña de la carrera, con divertidísimos carteles. Recogimos el dorsal y una camiseta chulísima y que nos queda bien!! :)
Os lo digo yo, que durante 2 años me levanté a las 5h para ir a trabajar... :)
La tarde del sábado hicimos algo de turisteo cultural y cenamos con un querido amigo, también runner, que no pudo acompañarnos el domingo, aunque ya le hemos metido el gusanillo de ciertas pruebas de por aquí. Te esperamos!!!
Y amaneció el domingo, y nada más levantar la persiana, me encuentro con uno de los pasos kilométricos de la carrera. Bajamos a desayunar y nos damos un garbeo hasta el obelisco, estaba amaneciendo. Se enciende el "Modo carrera".

Al ponerme el traje de gala me doy cuenta que casi no tengo batería en el iPod, ni mi Fore enciende... Horror!! Plan B, un reloj cronómetro simplemente para llevar el tiempo de carrera.
Tras el calentamiento nos encontramos en la salida, a apenas 20 metros del Estadio de Riazor. Nos encontramos con los Correlegas de Correr En Galicia, en nuestra habitual foto-kedada previa a las carreras.

Foto-kedada de Correr en Galicia antes de la salida.
Nos metimos en los cajones y se da la salida!!! En subida, rodeando el Estadio de Riazor. La serpiente multicolor, eminentemente azul, por el color de la camiseta de la prueba. Pero el último tramo de kilómetro 1 es en bajada y enfilamos el Paseo de Ronda hacia el obelisco con un tramo en subida tendida y un falso llano hasta llegar al obelisco.
En el kilómetro 2, me doy cuenta que se me ha parado el crono al darle en el primer kilómetro. Sin referencias, le pregunto a Juanma cómo va y el tiempo que lleva: buenas noticias, son 4 minutos justos los que he perdido en reloj.
Al pasar por contrameta, nos toca la parte llana del recorrido, donde no voy cómoda porque llevo un punto, pero estoy más pendiente de mi compañero que de mis miserias. En ese momento, veo al vencedor afrontando su último kilómetro y medio. Vamos en el kilómetro 4.
Llegando al kilómetro 4, en el tramo más llano de la carrera. Foto O Duro.

Tras pasar por el Hotel María Pita, quedaba el peor tramo de la carrera, una subida hasta la Torre de Hércules. Sin prisa pero sin pausa, vamos afrontando el tramo de subida sin perder demasiado el ritmo. Pasado el kilómetro 5, veo que llevamos un buen ritmo, poco más de 32 minutos. ¡¡¡Bien!!!
Hacemos un giro de 180 grados y nos toca bajar todo lo que hemos subido, y aumentamos el ritmo.



 A punto de girar en el kilómetro 6, vamos por el buen camino!

El punto se ha ido, llevo bien las piernas, nada me duele y me veo con fuerzas. Voy pendiente de Juanma, cuya primera estrategia era correr lo que pudiera y afrontar el último tramo a cacos. Pero él va bien y me voy tranquila. Sigo de reojo las referencias en el reloj, y cuando alcanzamos el final de la bajada, ya en el km 8 veo que llevamos 51 minutos.
A él se le acaba el fuelle, le digo que no se rinda, me adelanto y le digo que me siga, que vamos bien. Subo el ritmo un poquito más y veo que me va siguiendo.
Kilómetro 9. Un último esfuerzo antes de llegar a meta.
Miro mi reloj. "¡¡Bajaremos de 1h05!!", le digo. y en un último esfuerzo, llegamos a meta con la última fuerza que queda. Tiempo neto final: 1h04'21", un tiempo discreto pero que es una excelente carta de presentación para la nueva temporada.
Saludando a Martín, de TrotADAS, en la entrada en meta. Gracias por la foto!
Tras recoger nuestro avituallamiento, una buena sesión de estiramientos, una ducha y volvemos a Riazor para ver las carreras infantiles y hacernos una foto en el fotocall.
Desde aquí agradecer la labor de todos los voluntarios, de la organización, de los fotógrafos que se pasan una mañana entera haciendo fotos y subiéndolas a internet, para que podamos a tener un recuerdo de cada carrera.
En resumen, una gran carrera, fija en el calendario, excelente para hacer buena marca, y que nos dan la mejor de las perspectivas para esta nueva temporada, en la que los cerditos vamos perdiendo tocino, gramo a gramo.

¡Hasta la próxima!

Cerditos on Tour: II Aquae Flaviae Running de Chaves (Portugal)

Después de más de dos meses alejada de los teclados (me vuelvo vaga en cuanto a escribir, aunque no al hacer deporte), he dedidido por fin asomarme a este balcón atlético para contar mis aventuras runneriles.

En las próximas entradas os contaré mis aventuras en estos meses de puro verano, porque hay que ver qué calor ha hecho en el noroeste peninsular. He llamado a esta serie: Cerditos on Tour, en el que contaré las tres carreras en las que participé este verano: Aquae Flaviae Running de Chaves, Milla Nocturna de A Rúa y la II Carreira Popular de "Trevinca-A Veiga". Y todo justo al adentrarnos en los entrenos de otoño.

Todo empezó en una búsqueda de algo que hacer en un finde, aprovechando que mis padres estaban en A Veiga. En la Web CorrerEnGalicia aparecía una carrera nocturna en Chaves, a apenas 15 kilómetros de Verín y a menos de 100 kms. de Meda. Una carrera noctura por una ciudad termal estupenda!!! Así que liamos a mis padres para pasar un día de compras en la ciudad, y luego nosotros nos quedaríamos por la noche a correr. Dicho y hecho!!

Cartel de la prueba
Existían dos modalidades: una carrera de 13 kilómetros y una andaina de 6 kilómetros recorriendo la ciudad. Valiente después de la Nocturna de Ponferrada me apunté a la carrera y Juan a la andaina. La organización entregaba con el dorsal un frontal para poder correr con seguridad.
Logística previa a la carrera, con frontal incluido!
Tras recoger los dorsales por la mañana, y despedirnos de mis padres que regresaban al pueblo, descansamos en el hotel, nos hidratamos bien, dado que la temperatura era altísima y las previsiones eran de 30 grados a la hora de la salida, a las 21h00 (hora local). Con más incertidumbres que certezas, sin conocer el recorrido, nos fuimos a la salida, al Hipermercado Leclerc de la localidad, apenas a 1 kilómetro del centro. El ambiente que alli se respiraba era estupendo, con  mezcla de españoles y portugueses, algunos conocidos de Esprintes o de Atletismo Rúa entre otros.
En la salida antes del calentamiento. Qué calor!
En la salida realizamos diversos ejercicios de calentamiento de mano de los monitores del gimnasio organizador. Y tras el lanzamiento de una traca, salida de corredores. La primera parte del recorrido, todavía con algo de luz natural, se hizo por el paseo fluvial. Tras pasar por contrameta, volvimos a cruzar el río y allí nos encontramos con los andarines, que nos hicieron el pasillo y animaron con ilusión.
Corriendo por el parque, a pie del río Tâmega. Foto Indieror
Al final del paseo del río, tocó volver a cruzar el río. Ahí aparecieron las escaleras y las cuestas, en un recorrido incómodo. A partir de ahí mi estrategia se tornó en tomármelo con calma y trotar suave o caminar rápido en cuestas y correr a un ritmo más vivo en los llanos y bajadas. El recorrido era entretenido, salvo la parte que rodeaba el estado del Chaves (club recién ascendido a la primera división portuguesa). Pasamos por el centro de la fortaleza de San Francisco, en cuyo interior está un hotel, y por encima de algunas murallas.
Juanma disfrutando de la andaina. Foto de la organización
Llegado al kilómetro 8 empecé a adelantar a andarines y casi en el kilómetro 9 me esperaba Juanma, casi en el punto en el que los andarines estarían prácticamente en meta y yo tenía que subir al castillo y adentrarme de nuevo en el casco histórico, magníficamente cuidado, por otra parte. Sólo quedaba callejear, cruzar el puente romano, reclamo turístico por excelencia de la ciudad, aclamada por los participantes de un evento fotográfico, y volver al río para cruzar la meta en un buen sprint final, puesto 211, con un tiempo "cochinero" de 1h34'45.

Contenta por sobrevivir al intenso calor, no rendirme y disfrutar de esta prueba. En meta pudimos disfrutar del famoso "Pastel de Chaves", un riquísimo hojaldre relleno de carne, aparte de fruta y avituallamiento líquido.

Una gran fiesta del atletismo y del deporte, al más puro estilo portugués, con alegría y optimismo, y para apuntar en el calendario del 2017, ya que está anunciada ya la edición del año que viene.

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